Última entrada de la serie de 5 posts en la que hablamos sobre clases de fuego según la naturaleza del combustible: Aceites y grasas (Clase F).
La quinta clase que vamos a tratar (Clase F) corresponde a los aceites y las grasas.
Este tipo de incendios derivan de la utilización de estos elementos en entornos de cocina.
Esta clase de fuego se creó en 2005 al observarse que estos líquidos no se comportaban igual que el resto.
Por tanto, no se deben usar los mismos agentes extintores como es el caso del CO2 o el polvo ABC.
En hogares y puntos de restauración, los aceites y las grasas se usan para cocinar alimentos, entre otro tipo de uso.
Cuando un aceite o grasa se calienta, puede que se nos olvide por algún despiste.
Es entonces cuando empieza a humear, a los 200 o 250ºC. El problema viene cuando a unos 300-350ºC arde de manera espontánea.
A esto se le denomina temperatura de auto ignición.
Por este motivo, las freidoras eléctricas llevan un limitador de temperatura a 190ºC, con el fin de no alcanzar el punto de humeo.
Clases de fuego según la naturaleza del combustible: Aceites y grasas (Clase F)
Cuando está ardiendo, el aceite o grasa adquiere una temperatura muy elevada.
Esto hace que los extintores para líquidos no sean eficaces y deba usarse un extintor específico: el de espuma.
La norma UNE-EN 3-7 sobre extintores expone que se considera peligroso usar extintores de polvo ABC y de CO2 en incendios de esta clase.
Esta advertencia es muy importante, ya que la situación puede empeorar notablemente si se emplea un extintor de polvo.
¿Por qué ocurre esto? Porque el agente extintor sale con mucha fuerza, empujando el aceite fuera del recipiente y ocasionando una gran llama.
De esta manera el incendio no solo nos extingue sino que se propaga.
Lo ideal es proceder a extinguirlo por sofocación, eliminando el oxígeno tapando el recipiente con una tapadera, con un trapo húmedo o con una manta ignífuga.
La llama es pequeña al principio, ya que solo arde en superficie y es fácil de apagar.
Pero puede llegar a hacerse bastante grande y coger altura alta, afectando a la grasa de la campana extractora y/o a los muebles y de este modo progresar.
Lo que está claro es que nunca debemos usar agua, ya que esta se evapora súbitamente y arrastra pequeñas gotas de aceite.
Estas gotas arden produciendo una gran llamarada que propaga el incendio.
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