EXTINCIÓN POR GASES
Generalmente, el sistema de extinción por gases, se introduce como alternativa para los sistemas tradicionales de agua o de espuma.
Funciona mediante la extracción del oxígeno para apagar el fuego, ya que cuando hay una concentración inferior al 21% no se puede producir combustión.
Este sistema es ideal para recintos o locales donde la presencia de agua o espuma puede dañar la mercancía o materiales almacenados (papelerías, centros de control, archivos históricos, CPD, salas eléctricas, máquinas de producción, etc.)
Un sistema fijo de extinción por gases se compone de:
- Mecanismo de disparo: se realiza mediante detectores de humo, fusibles, termómetro de contacto, termostatos o disparo manual.
- Equipos de control del funcionamiento electrónico o neumático
- Recipiente para gas a presión
- Conductos para el agente extintor
- Difusores de descarga
Los sistemas fijos de extinción por gases aportan una seguridad contra incendios limpia para la vida humana, los bienes y el medio ambiente.
En general los sistemas de extinción por gas son adecuados para:
- Fuegos de clase A, B y C
- Riesgos tecnológicos, eléctricos y electrónicos
- Locales donde no es posible o es muy costosa la limpieza de los bienes protegidos (obras de arte, pinturas, etc.)
- Naves donde el fuego está escondido respecto a los difusores de descarga o la localización del fuego es desconocida o múltiple
También existen los denominados sistemas de extinción por aerosoles, que son una eficaz alternativa a las extinciones automáticas por gases halocarbonados u otros agentes extintores.
Su funcionamiento es muy simple, activándose el sistema por una señal térmica o con un sistema de detección automática, dando lugar a un aerosol basado en potasio de partículas ultra finas y muy efectivas que interfieren con los radicales libres que mantienen viva la llama para extinguir el conato de incendio.
Los sistemas de extinción de incendios por aerosoles pueden ser usados en aplicaciones de misión crítica en diversas industrias, como centros de telecomunicaciones, salas de máquinas marítimas, estaciones repetidoras, almacenamiento de líquidos inflamables y/o material peligroso, centros de procesamiento de datos y aquellos con un considerable riesgo industrial.