Reglamento y obligaciones del mantenimiento de sistemas PCI

Nueva entrada para nuestro blog en la que vamos a tratar un interesante tema. Se trata del reglamento y obligaciones del mantenimiento de sistemas PCI. En nuestro país, el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) otorga a las empresas de mantenimiento unas obligaciones que requieren un importante respaldo técnico del equipo de trabajo.

A éste, no solo se le asignan las funciones propias de mantenimiento. Además de esto, también tiene atribuida la obligación de vigilar que los sistemas instalados cumplen la normativa vigente y que sean adecuados para el riesgo de incendio.

¿Qué implica este planteamiento en la realidad?

La idea es que la empresa que ejecuta las labores de mantenimiento debe realizar también funciones de revisión del diseño. Por tanto, la empresa mantenedora debe contar con la capacidad técnica suficiente para poder cumplir todas las obligaciones que marca el RIPCI. El reglamento cuenta con requisitos de diseño, instalación, mantenimiento, etc.

Las obligaciones de la empresa mantenedora aparecen en el Artículo 17. La propia guía del RIPCI nos informa de algunas condiciones que debe revisar la empresa encargada del mantenimiento de una instalación.

Entre dichas condiciones podemos destacar, por ejemplo:

• Cambios en el producto almacenado y que el agente extintor de los extintores es adecuado para el material que protege
• Zonas sin cubrir por las BIEs instaladas o instalación de nuevas estanterías o elementos que provocan que las distancias máximas a BIEs o extintores son mayores que las indicadas en norma

Hay que tener en cuenta que los requisitos de diseño del Anexo I del RIPCI no solo son los allí escritos, sino que también se hace referencia a distintas normativas UNE. Éstas son de obligado cumplimiento y también deberían entrar dentro de la revisión de la adecuación.

Todo esto debe quedar reflejado en un informe técnico que podrá entregar conjuntamente o por separado al Certificado de mantenimiento.

En definitiva, la propia reglamentación hace que el perfil tradicional de empresa de mantenimiento vire hacia un perfil más técnico y con mayores capacidades. Se debe tener en cuenta, por tanto, que dentro de sus obligaciones no solo están las propias operaciones de mantenimiento.